La Familia Salesiana informó el fallecimiento del sacerdote Ángel Rogelio Soto Cruz, quien por más de seis décadas se dedicó al servicio educativo, pastoral y formativo. El padre Ángel Rogelio murió a los 83 de edad.
Los detalles de las exequias y del sepelio, de quien dedicó su vida al servicio de los más necesitados, al activismo social y a defender las causas justas, serán comunicados oportunamente por los canales oficiales.
En una nota de prensa de la Familia Salesiana, destaca el origen y trayectoria del sacerdote, quien era muy reconocido en Jarabacoa y La Vega.
Nació el 27 de noviembre de 1942, el barrio de San Carlos de Santo Domingo. Hijo de Ángel Armando Soto y Ana María Cruz, creció en un hogar de profunda sencillez y valores cristianos, marcado especialmente por la fe viva de su madre.
A los 12 años, ingresó al Aspirantado Salesiano Domingo Savio de Jarabacoa. Realizó su formación salesiana en República Dominicana, Cuba y Puerto Rico e ingresó al noviciado en Arroyo Naranjo, Cuba, el 15 de agosto de 1958, y emitiendo su primera profesión religiosa el 16 de agosto de 1959.
A raíz de la Revolución Cubana, continuó su proceso formativo en Puerto Rico, y posteriormente en Jarabacoa, donde realizó su tirocinio. Emitió su profesión perpetua el 24 de julio de 1965 en Haina.
Sus estudios teológicos los realizó en Guatemala, y fue ordenado sacerdote el 4 de octubre de 1969 en Santo Domingo. Desde entonces, su vida estuvo dedicada de manera incondicional al servicio educativo, pastoral y formativo, a lo largo de más de seis décadas de misión salesiana.
El padre Ángel Soto desempeñó múltiples responsabilidades dentro de la Congregación: educador, formador, director, delegado, ecónomo, vicario e inspector. Participó en el Capítulo General 21 y fue vicario inspectorial entre 1978 y 1984. Ejerció el servicio de inspector en dos períodos (1984-1990 y 1996-2003) y fue director y maestro de novicios en Jarabacoa entre 2002 y 2013, formando a generaciones de salesianos de República Dominicana, Cuba, Puerto Rico y Haití.
Fue además responsable del Boletín Salesiano y del noticiero inspectorial, predicador de retiros espirituales en diversos países de América Latina, y autor de publicaciones sobre la vocación salesiana. Realizó estudios en psicopedagogía y evaluación psicológica en Turín, Italia (1973-1974), y fue miembro de distintas comisiones capitulares.
Su fecunda trayectoria fue reconocida con diversas distinciones, entre ellas el ser declarado Hijo Adoptivo de Jarabacoa en dos ocasiones (1994 y 2009) y la concesión del Doctorado Honoris Causa en Humanidades por la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño en 2012.
Inspectoría de las Antillas San Juan Bosco
Aun en edad avanzada, el padre Ángel Soto continuó acompañando a jóvenes, salesianos y laicos con lucidez, serenidad y pasión pastoral, dejando un legado humano y espiritual profundamente significativo para la Iglesia y la Familia Salesiana.
La Familia Salesiana eleva una oración agradecida por su vida y ministerio, y encomienda su alma al Padre misericordioso, pidiendo consuelo para sus familiares, hermanos salesianos y comunidades que hoy lloran su partida, anclados en la esperanza de la Resurrección.

