Los duelos Puerto Rico vs República Dominicana, juéguese en la Isla del Encanto o Quisqueya, resisten el paso del tiempo y el público lo compra sin siquiera estimularlo en la Serie del Caribe. Ha sido así desde 1970 cuando los dominicanos debutaron en el torneo.
Pero desde que Venezuela disparó la producción de talento a principio de siglo y se convirtió en un competidor directo por la colocación de figuras en las Grandes Ligas los partidos entre ambos generan un interés especial, llámese en el Clásico Mundial, el torneo caribeño o cualquier otra competencia de nivel.
En el año 2000 jugaron 44 nacidos en Venezuela en la MLB contra 104 en Dominicana. En 2021 la relación fue 170-102, todavía a favor de los duartianos de acuerdo a Baseball-Almanac.
Este martes dominicanos y bolivarianos, ya clasificados para la semifinal, disputan un partido que puede ser de alto voltaje, ya que en el terreno el ganador se puede quedar con el primer lugar y evitarse en la semifinal a muerte súbita. Y será en unas graderías donde ambos llegan con un enorme apoyo de aficiones alegres que se dejan sentir durante todo el partido.
La gran comunidad venezolana residente en suelo dominicano, estimada entre 60,000 y 120,000 de acuerdos a cifras de la Dirección General de Migración, ha dicho presente en el estadio Quisqueya Juan Marichal en las primeras cuatro fechas, un apoyo que jugadores, dirigentes y directivos de Navegantes del Magallanes agradecen.
“Parecería que estamos jugando en nuestro país porque la fanaticada ha venido, se ha volcado a ver los juegos. Venezolanos que viven en Dominicana, el juego del martes es para estar repleto”, dijo a DL el presidente de la Liga Venezolano de Béisbol Profesional (LVBP), Giuseppe Palmisano.
El Magallanes, tras caer en su primer partido, ha ganado los tres siguientes y llega aceitado a un choque que cierra la última jornada de la fase regular. Un equipo que requirió jugar siete partidos para ganar el torneo en Sudamérica y que cuenta con un plantel con olor y vuelo ligamayorista.
