Con un folder repleto de documentos y un semblante de preocupación, María González Martínez acudió a una estafeta de Protección al Usuario de Electricidad (Protecom) para exigir que se cumpla una solicitud realizada hace dos meses: el retiro del medidor eléctrico de la vivienda en que ya no habita.
Hay un creciente malestar de usuarios, quienes aseguran ser víctimas de “errores de facturación” o lentitud en los procesos de retiro de medidores, situaciones que —afirman— provocan pagos injustos, desgaste emocional y pérdida de tiempo.

